Han tenido que pasar más de dos meses de movilizaciones donde la transversalidad de actores sociales, convocaron casi medio millón de personas a nivel nacional en las mayores marchas de las que se tenga memoria en las últimas décadas, además de paros, tomas y todo tipo de manifestaciones de notable creatividad y amplitud, para que el gobierno reconozca al fin la profunda crisis en la que está inmerso el sistema educacional chileno.
Sin embargo, los anuncios entregados por el presidente Sebastián Piñera en cadena nacional el día martes 5 de Julio, lejos de satisfacer las demandas, y dar solución a la crisis, abordan las problemáticas planteadas por el movimiento para profundizar el sistema neoliberal en nuestro país. Basta mirar que mientras todos los actores sociales coinciden en la imperiosa necesidad de hacer efectiva la prohibición del lucro en la educación, el gobierno intenta legalizarlo. Frente a esto, es la ciudadanía quien debe tener la última palabra.
Por otro lado, Sebastián Piñera propone un Gran Acuerdo Nacional por la Educación (GANE), el cual busca reeditar la vieja política de los consensos, basada en el diálogo entre partidos políticos a cuatro paredes. Ante esto es necesario que velemos porque se incluya a las grandes mayorías sociales que impulsan la movilización, como son estudiantes secundarios, universitarios tanto del sistema público como privado, profesores, trabajadores, apoderados y rectores, quienes además, son los principales involucrados y constructores de la educación, y que en consecuencia debieran tener un puesto central en la discusión de la nueva institucionalidad de la materia.Se menciona también como “histórico” el monto de U$4.000 millones que se destinarían a la educación, la cual si bien una cifra muy alta, no se especifica cuál será su destino, poniendo en duda lo “histórico” del aporte. Lo que se ve profundamente agravado si el grueso de este monto se destina a financiar la demanda y no la oferta, como es lo demandado por el movimiento.Del mismo modo, resulta decepcionante percatarse que el discurso del presidente ignora demandas centrales de amplios sectores del mundo de la educación, como es el reconocimiento y garantía del Derecho a la asociación, organización y representación de estudiantes, funcionarios, profesores y académicos en todos las instituciones educacionales del país, así como también la desmunicipalización sin privatización y la necesidad de que la Tarjeta Nacional Estudiantil pueda utilizarse las veinticuatro horas, todos los días del año.Las Juventudes Comunista de Chile exigimos al gobierno que si plantea dialogar, lo haga incluyendo a todos los actores sociales que han alzado las demandas e impulsado las movilizaciones, al mismo tiempo que se garanticen los resultados de este proceso.Finalmente hacemos un llamado a la ciudadanía a mantenerse alerta y a plegarse con todas sus fuerzas al paro nacional por la educación convocado para el próximo 14 de Julio.
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